En el alto nivel, la diferencia no siempre está en la técnica. Todos los jugadores que participan en las semifinales del torneo tienen una sólida formación, una gama completa de tiros y saben cómo construir un punto. Pero cuando los intercambios se vuelven tensos, cuando las piernas arden, cuando los frenazos se suceden uno tras otro... ya no es el brazo el que marca la diferencia. Esta es la cabeza.
Este fin de semana otra vez, El Santiago P1 nos ofreció dos brillantes demostraciones de ello.
En categoría femenina: Ariana y Paula, reinas de la resiliencia
Opuesto a Bea González y Claudia Fernández en la semifinal, Ariana Sánchez y Paula Josemaría, número 1 del mundo, toma una primer conjunto severo (2/6). Frente a ellos, una dupla joven, agresiva, inspirada, que va sumando puntos y marcando su propio ritmo. Pero a pesar de las dificultades, Ariana y Paula no se quiebran. Ellos permanecen tranquilos, cambiar su plan de juego, aceptan defender más y esperar, para reiniciar mejor.
resultado: Se llevan el segundo set 6/3, luego dominan el tercero 6/3. Una victoria de campeones, construida no con golpes ganadores, sino con la cabeza fría y determinación.
En categoría masculina: el despertar de Lebrón y Stupaczuk
El mismo escenario, en el lado masculino. Juan Lebrón y Franco Stupaczuk son golpeados en su semifinal por una pareja ardiente: Tino Libaak y Juan Tello. Los outsiders ganan el primer set 6/3, llevado por un Tello excepcional en el smash y una gran precisión táctica. Pero después de perder esa primera ronda, Stupaczuk y Lebrón no entran en pánico. Ellos Aumenta su intensidad, congela a Tello y apunta a Libaak. (disminuidos físicamente), y desplegar su plan.
Se llevan los dos siguientes sets 6 / 3 6 / 1, mostrando toda su fuerza mental. Como suele ocurrir, Marcaron la diferencia cuando realmente importaba.
Los campeones no sólo son mejores. Son más sólidos.
En ambos casos, la victoria no estaba escrita. Pero Experiencia, gestión de la presión y capacidad de recuperación. Pesaba mucho. Cuando unos explotan, otros resurge. Cuando las cosas se ponen difíciles, siempre son las mismas personas las que dan un paso al frente.
Y esta mentalidad férrea a menudo va de la mano con Un hecho fundamental: la regularidad. Si miramos las estadísticas, Los jugadores más exitosos del circuito también son los más consistentes. :menos errores no forzados, más puntos ganadores en momentos clave, mejor gestión de los puntos de quiebre... Esta capacidad de mantener un alto nivel a lo largo del tiempo es a menudo lo que marca la diferencia entre un jugador “muy bueno” y uno jugador de élite.
Eso es lo que es el nivel más alto: un estado mental. Una mentalidad. Y una consistencia.

Descubrí el pádel directamente durante un torneo y, francamente, al principio no me gustó mucho. Pero la segunda vez fue amor a primera vista y desde entonces no me he perdido ni un solo partido. Incluso estoy dispuesto a quedarme despierto hasta las 3 a. m. para ver el final de Premier Padel !