Al margen de la P1 de Madrid, Red Bull inauguró una competición de pádel masculina y femenina en España con un nuevo formato. Destinado a jugadores amateurs españoles, el Red Bull Padel Dash se desarrollará en tres fases: una fase de clasificación (a nivel de clubes), una fase regional (que reunirá a las 96 mejores parejas) y una fase final nacional (en Marbella, el 23 de noviembre).

Este evento es único porque ve a 8 parejas competir simultáneamente en 4 canchas durante una duración de 6 minutos. La primera pareja que gane 10 puntos gana una “victoria especial” y luego debe correr hacia un botón rojo, que detiene el juego en todos los juegos. Cada equipo obtiene puntos según sus resultados y la pareja con más puntos avanza a la siguiente ronda, hasta que solo queda una pareja ganadora. La “Victoria especial” permite al equipo obtener 2 puntos, mientras que una simple victoria aporta 1 punto (una derrota = menos 1 punto).

UTS_Tenis_NY_2024

Más allá de la dimensión marketing y anecdótica del evento, esta iniciativa ciertamente nos dice algo sobre el aspecto divertido y rápido que se está probando actualmente en ciertos deportes. Recuerda, al menos en espíritu, al UTS (Ultimate Tennis Showdown) lanzado en 2020 por iniciativa de Patrick Mouratoglou. En plena Covid, se trataba entonces de ofrecer a los jugadores profesionales partidos de exhibición más rítmicos que el formato habitual, divididos en cuartos cronometrados. Señalemos también que la UTS parece estar cada vez más anclada en el panorama del tenis, ya que la segunda etapa del año tuvo lugar en Nueva York, los días 22 y 23 de agosto. ¿Su ganador? Un tal Gaël Monfils.

¿Cómo se llaman estas iniciativas? Sin duda, una tendencia que tiende a aclararse y que pretende favorecer el ritmo, hacer subir la adrenalina y producir un espectáculo para un público ávido de emociones. ¿Hasta qué punto un formato corto (o incluso ultracorto) permite imponer una jerarquía entre jugadores o parejas? ¿Estamos favoreciendo el espectáculo en detrimento del espíritu deportivo?

La pregunta está formulada... ¡Te dejaremos responderla!

Frédéric Theulé

Ni un día sin cola… ¡de pista de pádel! Desde hace varios años, Frédéric decide dedicarse a la pasión de toda su vida: la bolita amarilla y su mundo despiadado. Adicto, ¿dijiste adicto?