Han hecho historia en su deporte, han deleitado al público en los estadios y han levantado trofeos. Hoy, muchos de ellos cambian sus botas, palas o zapatillas por una pala de pádel. Desde Zinédine Zidane hasta Ronaldinho, pasando por Benoît Paire y Francesco Totti, los excampeones parecen estar desplazándose masivamente a este deporte en auge. Pero ¿por qué el pádel se ha convertido en su nuevo terreno de juego?
El pádel, un deporte accesible, divertido y en auge, atrae tanta atención por su carácter lúdico como por las oportunidades que ofrece. Este cambio de enfoque se debe a razones físicas, psicológicas, sociales e incluso económicas.
Una práctica más suave para cuerpos cansados
Tras años de entrenamiento de alto rendimiento, los cuerpos de los atletas profesionales suelen estar marcados por lesiones, impactos repetidos y desgaste articular. Rodillas, caderas, hombros, espalda... las secuelas son numerosas. El pádel, con sus pistas más pequeñas y desplazamientos más cortos, se percibe como un deporte menos traumático.
Menos intenso que el tenis o el fútbol, sigue siendo técnico y atractivo, pero no produce el mismo impacto. Los golpes generan menos vibración y las trayectorias son menos exigentes. Por lo tanto, es la opción ideal para seguir practicando un deporte de pala sin sufrir.
Recreando el placer del juego en equipo
El pádel es un deporte de cuatro jugadores, donde el la comunicación, posicionamiento y elespíritu de equipo Son esenciales. Para los exjugadores de deportes de equipo, es un territorio familiar. Los reflejos regresan rápidamente, al igual que la sensación de complicidad en el campo.
Sobre todo, les permite redescubrir lo que muchos exatletas buscan: juego, camaradería y un poco de competencia. Es una forma de mantener una conexión con su identidad deportiva, pero en un ambiente más agradable y relajado.
Redescubre la adrenalina sin presión
Para muchos, el final de una carrera deportiva supone un parón repentino. Dejar de entrenar, la emoción de la competición, la vida en equipo y la atención mediática puede ser un shock. El pádel llena ese vacío.
En una pista de pádel, la adrenalina regresa. Luchamos por puntos, mejoramos, volvemos a jugar con compañeros... pero sin el estrés del máximo nivel. Es un entrenamiento libre, donde el deseo prima sobre el rendimiento, pero que conserva la sensación de desafío que ha alimentado toda una vida.
Una palanca para la imagen… y el negocio
El pádel no es solo un placer personal. También es un medios de comunicación y oportunidades económicasEl deporte está en auge: más de 25 millones de personas lo practican en todo el mundo, hay una explosión de clubes, torneos por doquier y una fuerte cobertura mediática. Para los exatletas, es una forma de... permanecer visible.
Zinedine Zidane invirtió en un club en Aix-en-Provence. Ronaldinho abrió uno en Brasil. Totti, en Roma. En Francia, futbolistas como Éric Abidal, Sylvain Wiltord y Jérémy Ménez participan ocasionalmente en eventos de pádel. Benoît Paire hace numerosas apariciones en las pistas. Algunos se convierten en embajadores de marca, participan en exhibiciones y revitalizan sus carreras mediáticas.
Su notoriedad atrae patrocinadores, genera contenido en redes sociales y les permite capitalizar su imagen mientras se divierten. Para clubes, federaciones y marcas, también es una oportunidad para promocionar el pádel a través de rostros conocidos.
Una forma de venganza para algunos
Para algunos deportistas, esta reconversión al pádel también es Una forma de reconciliarse con el deporteAlgunos han dejado su deporte enojados, dolidos o ignorados. El pádel les ofrece un nuevo espacio donde pueden brillar, ser apreciados y recuperar cierto reconocimiento, sin las críticas, la controversia ni las abrumadoras expectativas del mundo profesional.
Es un deporte de reconstrucción que valora el compromiso, el disfrute y el intercambio. A veces, también permite compartir momentos con aficionados o aficionados en un ambiente relajado, lo que realza aún más su atractivo.
El pádel, un deporte para después de la carrera
El pádel encarna todo lo que buscan los exprofesionales: juego, conexión, desafío, visibilidad y una salida a su etapa post-carrera. Representa una continuación natural Para aquellos que han dedicado su vida al espectáculo.
El mundo profesional los ha abandonado, pero el pádel les da la bienvenida. No reemplaza su carrera, pero prolonga el placer.

Franck Binisti descubrió el pádel en el Club des Pyramides en 2009, en la región de París. Desde entonces, el pádel forma parte de su vida. Se le ve a menudo recorriendo Francia cubriendo los principales eventos del pádel francés.