Sofia Araújo se ha convertido en una figura reconocida en el circuito de pádel profesional, pero su carrera es todo menos clásica. Antes de brillar en las pistas, Sofía se sumergió en el mundo de tenis. Clasificada como profesional a los 16 años, disputó varios torneos internacionales antes de que llegara el pádel para cambiar la situación.
Un descubrimiento inesperado
En una Breve entrevista concedida a la FIPSofi repasa su carrera y nos cuenta con sinceridad cómo el pádel llegó a su vida. Todo empezó un poco por casualidad. Un día, su tío regresó de Bilbao, le ofrece participar en un torneo de pádel en Portugal. Sofía nunca había tocado una pala de pádel, pero se dejó tentar. Y para este primer torneo forma un dúo cuanto menos original: juega con... su madre !
Ella recuerda: “Lo disfruté mucho, fue como jugar al tenis en una pista de pádel”. Ese día, Sofía descubrió un deporte diferente pero igualmente adictivo. A partir de ahí, el pádel pasó a ser algo más que un ensayo: fue un punto de inflexión.
Del tenis al pádel: una transición no tan fácil
Aunque el tenis la ayudó mucho, Sofía comprendió rápidamente que el pádel requería habilidades técnicas muy particular. ¿La mayor dificultad? El famoso paredes de vidrio. “Al principio nunca dejé pasar la pelota, ¡como si la pared no existiera!”, admite riendo. Adaptarse a los rebotes, aprender a defender, todo eso llevó tiempo.
Pero una cosa es segura, su instinto competitivo Nunca desapareció. Después de este primer descubrimiento en 2016, Sofía desarrolló rápidamente un gusto por la competición. A partir de ese mismo año, participó en su primera Copa del Mundo y en 2017 ya hizo algunas apariciones en el World Padel Tour.
El pádel, un asunto de familia
Hoy en día, el pádel es parte integral de su vida. Y no sólo para ella: “Todos jugamos en familia, tengo muchos primos y tíos que juegan al pádel”. Su hermano Pedro Araújo, también profesional, forma parte de esta gran tribu apasionada por las palas.
Sofi habla con orgullo de esta dinámica familiar que la impulsa a progresar siempre. “Estoy muy feliz porque hoy el pádel es mi vida”.

Descubrí el pádel directamente durante un torneo y, francamente, al principio no me gustó mucho. Pero la segunda vez fue amor a primera vista y desde entonces no me he perdido ni un solo partido. Incluso estoy dispuesto a quedarme despierto hasta las 3 a. m. para ver el final de Premier Padel !