Siguiendo nuestro artículo anterior sobre los contundentes tiros de los jugadores 2.0 y la presión del balón, debatiremos si es útil o no modificar ciertos parámetros.
Los estándares de las pelotas en pádel, al igual que en otros deportes donde han sido necesarios cambios para progresar, no son fijos y podrían estar sujetos a cambios. Encontramos que cambiar ciertas reglas cuando sea necesario es generalmente bien recibido. La cuestión de una ligera disminución de la presión de las balas puede ser debatida, especialmente al más alto nivel, planteando argumentos a favor y en contra de esta modificación.
Cambiar reglas, siempre un desafío
La transformación de una norma deportiva representa un desafío importante para mantener el interés por las disciplinas deportivas, como lo demuestra el ejemplo del squash. Inicialmente, el squash utilizaba un sistema de 9 puntos indirectos, que resaltaba la dimensión estratégica y mental del juego, fomentando la paciencia y el autocontrol entre los jugadores. Posteriormente, este deporte adoptó un sistema de 15 puntos directos, ofreciendo intercambios más rápidos y dinámicos. Sin embargo, este cambio trajo su parte de complejidad con una tanteo A veces es difícil seguir los partidos y los partidos pueden prolongarse. El actual sistema de 11 puntos directos se considera el mejor para el squash: es simple, rápido y fomenta el juego de ataque, haciéndolo atractivo para jugadores, espectadores y locutores. Permite intercambios espectaculares y emprendedores, siendo al mismo tiempo fácilmente comprensible.
La evolución de las reglas deportivas es un proceso complejo y multidimensional, y el ejemplo del squash ilustra la posibilidad de conciliar tradición e innovación para hacer un deporte más atractivo preservando al mismo tiempo su identidad.
El ejemplo del “punto de oro”
Padel demuestra su flexibilidad adoptando cambios oportunos en las reglas, como lo ilustra la aprobación positiva que obtuvieron algunas modificaciones. Vimos esto con la introducción del “punto de oro” que permite:
- Acelere el ritmo de los partidos cerrados evitando largos intercambios de ventaja.
- Aumentar el suspenso proporcionando un punto decisivo y crucial para ganar el juego.
- Fomentar el espectáculo resaltando las cualidades estratégicas y mentales de los jugadores.
Aunque el Punto de Oro es una norma que todavía divide a algunos y que no ha sido aprobada por todos (no está en vigor en el circuito de referencia mundial, el Premier Padel), es innegable que aporta una nueva dimensión de emoción y suspense a los partidos.
¿Reducir la presión de la bala?

Entonces, ¿por qué no reducir la presión del balón para que los jugadores vuelvan a jugar con más paciencia y menos decisión? Es fundamental buscar el equilibrio entre potencia y control, permitiendo así a los jugadores expresarse plenamente y ofreciendo un juego quizás menos espectacular, pero más centrado en la técnica y la delicadeza. Estos ajustes brindarían a los jugadores la oportunidad de prosperar y al mismo tiempo brindarían un espectáculo más agradable para los espectadores, ya sea que estén en el sitio o frente a su pantalla.

Fanático del pádel, Stéphane se ha convertido en el probador oficial del planeta pádel en Europa. Todo pasa por sus manos expertas. ¡Gracias a su amplia experiencia en el mundo de la pala, es capaz de escanear tu equipo de pies a cabeza!