Con la humedad presente en la cancha, las pelotas se cargarán de agua lo que las hará más pesadas y rebotarán menos. Tendrás que adaptar tu gesto y tu potencia para tener el mismo rendimiento de siempre y principalmente para el globo.
Las ventanas están mojadas, por lo que es probable que el piso también esté mojado. Será necesario prestar atención a sus soportes durante los desplazamientos y en el momento de la huelga. De lo contrario, resbalarás y te harás daño.
El rebote en el cristal también cambiará. Con la humedad en las paredes, la pelota no se comportará como siempre. En estas condiciones, la pelota caerá más rápido al suelo, por lo que deberá estar alerta. Durante una trayectoria donde la pelota hace la doble pared, será necesario estar atento porque el segundo rebote en el cristal será más bajo de lo habitual.
La sensación al golpear la pelota también será diferente. Efectivamente, con la humedad, la pelota no se comportará de la misma manera, se deslizará más cuando encuentre tu pala. Entonces necesitarás un poco de tiempo para adaptarte y después todo volverá a ser como antes.
En estas complicadas condiciones, tus tiros tendrán que ser más bien planos en lugar de cortados para evitar que la bola se resbale de tu pala en el momento del impacto. Corre el riesgo de perder el control del balón y cometer un error evitable.